La eficiencia energética.
El concepto que todos tenemos en mente, pero ¿Cómo conseguirla en nuestro entorno más cercano? ¿Y qué tiene esto que ver con nuestro vehículo eléctrico?
Todo apunta a que, durante un tiempo, el suministro de combustibles y el acceso a fuentes de energía será un tema de conversación común en la calle y en los despachos a diferentes niveles (tanto públicos como privados). Y como resultado, la primera idea que se nos pasa por la cabeza, es cómo aprovechar al máximo la energía que pagamos.
El primer lugar en el que nos plantearemos la necesidad de una gestión eficiente de la energía, es nuestra propia vivienda o lugar de trabajo. Y la relación con el uso de nuestro VE, estará presente en todos ellos
Vamos a centrarnos en los inmuebles (vivienda u oficinas/empresas), sentando un concepto base. El coste de la energía debida a la falta de eficiencia energética, puede depreciar el valor de cualquier inmueble. Por otra parte, de cara a un alquiler, es más que recomendable tenerlo en cuenta, ya que se puede convertir en un coste bastante grande si hemos de calentar o enfriar grandes espacios, o iluminarlos. El aislamiento térmico es un factor importante que debemos asegurar para reducir los consumos excesivos de energía asociados a calefacción / refrigeración eléctrica (de ahí esos “Certificados de eficiencia energética”)
¿Y respecto a nuestro VE? ¡Fácil! Podemos entender que nuestro VE es un “electrodoméstico” algo especial (pero a efectos de consumo de energía, podemos gestionarlo así) que puede consumir tanto o más que el resto de electrodomésticos que ya usamos.
Entonces ¿Cómo podemos aumentar la eficiencia de nuestra instalación teniendo en cuenta, además el VE?
Lo primero, aunque puede parecer trivial, es definir correctamente el tipo y potencia del/los cargador/es. Para esto, debemos seguir varios criterios:
- Potencia máxima de la instalación disponible para la recarga (Potencia máxima disponible = Potencia máxima de la instalación – potencia ya asignada al uso más frecuente de máquinas)
- Número de horas que podemos dedicar a la recarga
- Si es posible, identificar necesidades de energía de la batería del VE actual y tratar de prever las futuras necesidades
- No tiene sentido instalar un cargador que opere prácticamente al límite de la potencia de que disponemos.
Ejemplo. Si disponemos de una potencia máxima de 7kW, lo lógico sería instalar cargadores que no superen esa potencia. Aunque podremos “apurar” la potencia libre en horas de menor consumo (horario con tarifa nocturna).
Esto quiere decir que puede que lleguemos a aprovechar la máxima potencia disponible en cada momento si:
- Identificamos las franjas horarias de mayor y menor consumo. No queremos aumentar el famoso “Término de potencia” de la factura, ni incurrir en “picos de consumo”. Así evitaremos penalizaciones en la factura. Es conveniente estudiar el extracto de la factura de consumo eléctrico y comparar franjas horarias y temporadas a lo largo del año. Nuestro objetivo es aprovechar al máximo los recursos energéticos disponibles, pero sin pagar de más por ellos. (un exceso del 5% sobre el límite de tarifa eléctrica contratada, implica penalizaciones en el precio de la energía consumida).
- Controlamos el porcentaje de simultaneidad. Esto es los tramos en los que los picos de consumo se alcanzan debido al solapamiento del uso de varios elementos que consumen esa potencia eléctrica. Objetivo, tratar de separar ese solapamiento o hacerlo con elementos cuyo consumo no llegue a los picos de nuestra tarifa eléctrica.
- Buscamos recargar nuestro V.E en las horas en las que la potencia eléctrica consumida sea menor. Esto podemos conseguirlo programando bien el cargador o bien nuestro vehículo para que active la recarga en esas franjas horarias. Es un efecto similar a contrarrestar el porcentaje de simultaneidad.
- Gestionamos la capacidad de las estaciones de recarga mediante herramientas de reparto de potencia inteligente o redes de carga inteligente. Mediante estas, la potencia total disponible se reparte de forma optimizada entre las estaciones que están conectadas y recargando un vehículo. El objetivo es no superar el límite de potencia que nosotros definamos en la instalación.
- Modulamos la potencia entre las oficinas/viviendas/locales comerciales y las estaciones de recarga. Existen medidores que reparten la potencia que no se usa en el inmueble, para que sea utilizada en la recarga, pero sin suponer un exceso de potencia. Esto nos permite cambiar los valores de potencia de recarga máxima, prácticamente en tiempo real.
Como conclusión. Debemos plantearnos el uso óptimo de la energía, antes incluso de empezar a utilizarla. Para que la recarga de nuestro VE, no suponga un nuevo problema y podamos disfrutar de las ventajas de la recarga vinculada, optimizando las opciones de recarga de nuestros vehículo eléctrico. Al final, todos esos consumos se verán reflejados en la factura.
Si quieres saber más acerca de la movilidad y gestión de la energía eléctrica, visita el resto de nuestros artículos: https://fullandfast.com/blog/